Alegría es una de mis palabras favoritas.

Cuando imparto clase me gusta decir la palabra alegría de vez en cuando, siento que hace un efecto muy positivo porque el simple hecho de imaginarte a alguien riéndose de alegría, ya repercute beneficiosamente en las personas.

Cuando pronunciamos la palabra alegría sonreimos sin quererlo, ya es un comienzo 🙂

¿Por qué nos da tanto miedo decir ciertas expresiones o palabras? ¿Por miedo a que nos llamen cursis?

Que me llamen como quieran, pero frases como: ¡Qué divertido! ó  ¡Qué alegría!,  hacen que mi mente reciba un soplo de aire fresco en ciertos momentos.